Esta pareja fue polémica, ya que ella se quitó 5 años y el se añadió 1 al momento de la boda, pero no solo fue eso, sino que firmaron un contrato matrimonial con separación de bienes, que al parecer resulto ser fantasioso, ya que Josefina poseía solo lo que llevaba puesto y Napoleón no tenía fortuna. A pesar de su contrato matrimonial, la colmó de bienes.
Josefina de Beauharnais, quien siendo una viuda alegre y descarada, y madre de un chico de catorce años. Napoleón se enamoró locamente de ella a primera vista. Josefina era una mujer apasionada y sensual. Sin embargo, Napoleón se las arregló para tenerla esperando dos horas el día de su boda. Era muy promiscua, y todo el mundo se rió de Napoleón cuando él "quiso pagar por lo que todos obtenían gratis "al casarse con ella. Pese a su matrimonio, Josefina continuó una vida frívola y en las constantes ausencias de Napoleón cuando su mando en el Ejército de Italia, aprovechó para mantener amantes. Este comportamiento motivó que Napoleón tuviera otras amantes, algunas de las cuales eran damas de compañía de Josefina cuando Napoleón había escalado a la cumbre del poder político.
A pesar de haberla coronado emperatriz, cuando tuvo que escoger entre el amor y la sucesión de su monarquía, Napoleón dejó a Josefina. La ausencia de herederos y las infidelidades hicieron que Napoleón se divorciara de ella para casarse con una mujer de sangre real, Mª Luisa de Habsburgo, con la cual esperaba fundar una dinastía. Pero no fue así. Cuatro años más tarde fue enviado al exilio. Su esposa real no le acompañó; su imperio y amor se hicieron pedazos.
Josefina de Beauharnais, quien siendo una viuda alegre y descarada, y madre de un chico de catorce años. Napoleón se enamoró locamente de ella a primera vista. Josefina era una mujer apasionada y sensual. Sin embargo, Napoleón se las arregló para tenerla esperando dos horas el día de su boda. Era muy promiscua, y todo el mundo se rió de Napoleón cuando él "quiso pagar por lo que todos obtenían gratis "al casarse con ella. Pese a su matrimonio, Josefina continuó una vida frívola y en las constantes ausencias de Napoleón cuando su mando en el Ejército de Italia, aprovechó para mantener amantes. Este comportamiento motivó que Napoleón tuviera otras amantes, algunas de las cuales eran damas de compañía de Josefina cuando Napoleón había escalado a la cumbre del poder político.
A pesar de haberla coronado emperatriz, cuando tuvo que escoger entre el amor y la sucesión de su monarquía, Napoleón dejó a Josefina. La ausencia de herederos y las infidelidades hicieron que Napoleón se divorciara de ella para casarse con una mujer de sangre real, Mª Luisa de Habsburgo, con la cual esperaba fundar una dinastía. Pero no fue así. Cuatro años más tarde fue enviado al exilio. Su esposa real no le acompañó; su imperio y amor se hicieron pedazos.